17 abr 2013

Barcelonina #30. Sin un duro

Son muchas las secciones de recomendaciones de ocio y cultura de los medios que se han puesto las pilas para ofrecer un contenido adaptado a las nuevas necesidades, es decir, que propongan actividades baratas.
Entre muchas otras, están Barcelona por 4 euros, Time Out con su apartado "Gratis! Sortir sense gastar" y demás agendas que pretenden dar una nueva vida a las actividades en centros cívicos y bibliotecas. Supongo que, viendo el filón, La Vanguardia ha querido dedicar hoy su sección “De compras”, en las páginas salmón, a un día para una joven urbanita sin un duro. Hasta ahí, bien. ¿Pero qué pasa cuando nuestras expectativas chocan con la realidad? Cualquier chica joven urbanita que no tenga un duro y lea esta página entrará en depresión inmediata, como cuando sabes que no puedes gastar y vas solo a mirar tiendas.


En el artículo se recomienda empezar el día “poniéndose en marcha” con una camisa Lacoste, unos Levi’s y unos zapatos F-Troupe que, según Google (siento mi incultura sobre moda para jóvenes sin un duro), no son una ganga precisamente. Luego propone desayunar en la pandería Turris, manzanas eco de La Bioteca o cualquier producto de la Veganoteca. Al mediodía sugiere una “escapadita” (los dimininutivos suenan a más barato) al atelier de Teresa Helbig para comprarse un vestido para ir a una boda. Después de esta durísima mañana de joven urbanita sin un duro, ¿por qué no comer unos yakisoba en Sushibox? Y luego, para trabajar un poco, podrías alquilar una bici que necesitas para un cliente en My beautiful Parking (la próxima burbuja será la de ‘hemos querido pedalear por encima de nuestras posibilidades'). Pero, ¡al tanto!, todavía queda mucho día por delante: a las 15 horas toca repasarse el flequillo en una peluquería en la que los muebles están en venta, se organizan exposiciones, así como tiendas y restaurantes temporales… Es curioso, porque en ningún momento se habla de dinero aunque todo lo que proponen cueste lo suyo, y lo que destacan de esta actividad de peluquería moderna bajo el epígrafe "Encargos" es que "se se está a gusto”. Esto empieza a sonar ya a reconchineo. No acaba aquí; más tarde toca “Merendola” en La Pastisseria y proponen la tarta de cereza, el milhojas o el Massini. Tras haber cogido fuerzas y antes de que anochezca, se tiene que ir a la tienda Nordicthink para comprar un juguete a la hija de una amiga de su hermano (en serio). Se ve que en esta tienda tienen “juguetes que no hacen nada: sencillos, de madera, sin motorcitos, pilas ni ruidos". Imagino que si son jueguetes que no hacen nada y no indican el precio, es porque no costarán nada. ¿O sí? En fin, y qué mejor que acabar el día de esta chica urbanita sin un duro en casa, en el sofá, leyendo un libro comprado en La Central. Y es que se está la mar de bien siendo pobre y se pueden hacer la tira de cosas sin dinero, ¡que no nos hagan creer lo contrario!


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